Esta semana he tenido el honor de que me contestara unas preguntas Venancio Salcines. Educador, empresario, comunicador y generoso.

Profesor Titular de Teoría Económica en la UdC, socio-fundador en la Escuela de Finanzas de Oleiros, es además colaborador en los principales medios de comunicación de Galicia.

También es propietario de varias compañías (Venancio Salcines Home & Living, Breixo invesment…) y miembro de la junta directiva del Club Financiero Atlántico.

Igualmente destaca su faceta más altruista, a través de la fundación que lleva su nombre desarrolla proyectos encaminados al apoyo de la educación, la economía, las artes y la ayuda social a colectivos desfavorecidos.


P. Desde la Escuela y la Fundación estáis potenciando un montón el desarrollo de las habilidades comunicativas ¿Es cierto que el mayor miedo del ser humano es la muerte y el segundo hablar en público?

R. Supongo que el mayor miedo es a la muerte, en cuento hablar en público, no lo tengo tan claro. Creo que es más bien un cierto sentido del ridículo que pronto se vence con la ayuda apropiada. La Escuela y la Fundación promueven la mejora en habilidades comunicativas y además a cambio de una remuneración de carácter social, tres kilos de comida, porque creemos que hay un exceso de educación clásica, memorística, y apenas hay desarrollo de las habilidades directivas, tan necesarias para el desarrollo de la carrera profesional de un ejecutivo.

P. Si una cosa no tiene límites en el sector en que se mueve es el saber ¿En qué sigue trabajando para ampliar conocimientos?

R. He llegado a una etapa de mi vida en la que aprendo por placer, hasta hace poco era un profesional del conocimiento y de la investigación, mi carrera académica dependía de ello. Ahora con dos sexenios de investigación, uno en economía y otro en sociales, a mis espaldas creo que es buen momento para abordar otras áreas del saber. En estos momentos me atrae la teología, en especial la etapa que va desde el Sinodo de Jerusalem hasta el Concilio de Nicea. Pero me cuesta encontrar buenas fuentes bibliográficas. Otro de los campos que me generan atractivo intelectual es el conflicto político de Oriente Próximo.

P. Fuera de la Escuela de Finanzas de Oleiros ¿A qué profesores, y escuelas de negocio admira?

R. Profesores admiro a bastantes, esencialmente a aquellos que usaron su saber para intentar cambiar su realidad social, en este sentido presumo de la amistad que tengo con algunos respetados economistas mexicanos. En todo caso, soy una persona muy influenciada por los clásicos, por ello no puedo dejar de hablar del gran maestro Aristóteles, o del austríaco Carl Menger, padre académico de Von Mises, fundador este último de escuela austríaca de economía.

¿Escuelas de negocio? En España creo que hace un gran trabajo la Pompeu Fabra, lástima que en el sector público gallego nadie tenga esa altura de miras. A grandes rasgos no deja de sorprenderme el dinamismo del IE, fascinante, me los encuentro en cualquier lugar del mundo. En el campo del Marketing, ESIC, creo que son los mejores. En su conexión con su territorio creo que es un ejemplo San Telmo, en Andalucía. En Galicia, creo que, en su día, la Escuela de Negocios de Caixanova hizo un gran trabajo y fue un referente nacional.

P. Muchos profesionales o alumnos recién graduados piensan en hacer un Máster ¿Qué deben tener en cuenta?

R. Su camino, deben decidir a dónde quieren ir y si el Máster les puede ayudar a recorrer ese trayecto. Pero el camino es suyo y el Máster es un medio, y esto a veces se olvida.

P. Después de terminar los estudios ¿Se comete el error por parte de alumnos y profesores de pensar que uno puede dejar de leer, formarse…?

R. Es un error más habitual de lo que parece, cada vez que veo a un profesional caer en esa zona de confort me cae el alma a los pies.

P. Pertenecer al mundo académico es una buena forma de compartir sus experiencias con gente más joven ¿Ha podido también aprender de ellos?

R. Lo que transmito a mis alumnos, por un lado, es el sentir de un empresario, de un emprendedor y por otro mi experiencia internacional, que es superior a la media de los profesores de una facultad. De ellos aprendo, pero esencialmente me hacen sentir que existe futuro, eso es lo que me enseñan, que existe reemplazo, que hay mucho talento en los que vienen detrás, y eso, bien trabajado es un gran futuro para Galicia.

P. ¿Cómo están afectando los millennials a la educación, finanzas…? ¿Son un cliente exigente?

R. Los millenials tienen otras pautas de consumo, son globales, tienen menos arraigo, más dispuestos a moverse y algo más y ya no tan positivo, una menor resistencia al fracaso. Su nivel de exigencia es similar al de otras generaciones, el problema es que envejezcas de modo muy acelerado y llegue un momento en que no los entiendas.

P. ¿Qué es lo mejor que pueden hacer para crear riqueza?

R. Ser rico es un sentimiento, y en ese sentido, me siento inmensamente rico porque tengo tanto que puedo darles a otros. Y estoy seguro que personas que tienen diez, cien, mil veces más que yo se sienten inmensamente pobres. En todo caso, lo que recomiendo es hacer algo que te agrade, si es por cuenta propia mejor, y que tengas una gran capacidad para asumir el fracaso, con estas alforjas podrás ser feliz, y siendo así lo de ser rico ya pasa a ser secundario.

P. Y aunque sea a muy largo plazo ¿Cómo pueden protegerse de la inflación? ¿Qué productos pueden tener para complementar la pensión pública? ¿Tendrán una fiscalidad favorable? ¿Estima nuevos cambios en la fiscalidad?

R. ¿Por qué protegerse de la inflación? Una moderada, de entre el 3%-4% podría ser positiva para el país. Lo que hacen en algunos países con la pensión es comprar un inmueble a una edad temprana, sobre los cuarenta años, y arrendarlo. A los 65 años lo venden y con ese importe complementan la jubilación. Aquí habrá que hacer algo similar.

P. Aparte de profesor, uno de los conceptos que le describen es el de empresario ¿Cómo empezó en los negocios? ¿Cuánto esfuerzo le ha costado ser lo que es hoy?

R. Mi primera empresa fue Escuela de Finanzas y la cree porque el equipo rectoral de mi Universidad había decidido dejar de hacer la educación de postgrado que a mi juicio necesitaba Galicia. Esa medida me obligaba a cerrar el Máster en Finanzas que llevaba dirigiendo con enorme éxito desde hacía siete años. No lo entendía y me rebele. Así me hice empresario. ¿El esfuerzo? Fue mayúsculo, pero creo que valió la pena. Hoy mi cartera de inversión es algo más amplia y espero que siga creciendo.

P. ¿Cuál ha sido su mejor inversión hasta el momento? ¿Por qué fue posible ejecutarla?

R. Algún inmueble que adquirí pero también la peor inversión es algún otro inmueble. Así es la vida, imposible acertar siempre.

P. En toda cartera de inversión siempre hay alguna acción que no sale todo lo bien que uno desearía ¿Qué pasó en Banco Popular? ¿Cuál fue su tesis de inversión?

R. En bolsa me dejo llevar por los fundamentales. En ese sentido invertí en banca pensando que la inflación llegaría antes de tiempo, me equivoqué, pero ahí sigo. Sobre el Popular, solo puedo decirle que es el único banco de Europa que ha sido intervenido por un problema de liquidez. Sorprendente.

P. ¿Cómo se consigue asignar bien los recursos?

R. A pesar de la formación que tengo a mis espaldas, creo que el mejor consejo es dedicar cero con cinco segundos al error. En el momento en que lo entiendes debes metabolizarlo y una vez procesado seguir caminando.

P. Usted a través de su fundación lleva a cabo varios programas a nivel educativo, cultural y social ¿Qué le ha motivado y sigue impulsando para desarrollar estas actividades altruistas?

R. Quizás esa motivación tenga que ver con la muerte que decías al principio, me destrozaría llegar al final de mi vida sabiendo que no hice nada por los demás. Este año la fundación habrá destinado a becas y otras ayudas, como nuestro banco de alimentos, un millón de euros. Me hace especialmente feliz el saber que cada año hay doscientas o trescientas personas que creen que su vida ha sido algo mejor gracias a mi Fundación.

P. ¿Participa en otras actividades sin ánimo de lucro?

R. Intento ser una parte activa de la sociedad civil gallega, esencialmente para poder influir en nuestro devenir como pueblo. Pero el tiempo que le puedo dedicar a estas acciones no es tanto como deseara.

P. ¿A quién está agradecido Venancio Salcines?

R. A mucha gente, a mi familia, a algunos amigos, incluso a personas que no conozco de nada y que cuando he vivido malos tiempos no dejaban de darme anhelo y ánimo. Soy feliz en A Coruña, me siento querido en mi ciudad, e intento devolverle una parte de lo que me aporta diariamente.

Muchas gracias.

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